La guerra de los virus.

La prensa no suele distinguir entre un troyano, un virus o un gusano; simplemente agrupan a todos ellos bajo el epígrafe de virus de computadora. Independientemente de su nombre, estos programas dificultan y encarecen la vida de de las personas que dependen de una computadora. Los investigadores han identificado más de 18.000 tipos de virus, con una media de 200 apareciendo cada mes. Se calcula también que existen unas 250 clases de virus pululando constantemente por el mundo.

            Los virus más modernos pueden transportarse más rápido y provocar más daño que los de hace unos años. Las razones de estos son varias. Internet, que permite comunicar a altas velocidades con cualquier parte del planeta, también facilita esta propagación. Las páginas web. Los macros y otras tecnologías ofrecen a los creadores de virus nuevos lugares para ocultar sus creaciones. Y el incremento en el uso de las aplicaciones y los sistemas operativos de Microsoft también hacen que todo el proceso se más censillo. Al igual que un bosque es más resistente a la enfermedad que un árbol solitario, los entornos informáticos mixtos son menos susceptibles de sufrir ataques que una organización que usa el mismo hardware y software.

            Cuando la computadora se utiliza en situaciones de vida o muerte, como ocurre con muchas aplicaciones médicas o militares, los programas invasores pueden poner en peligro las vidas humanas. El gobierno norteamericano y algunos otros países ya disponen de leyes contra la intrusión de estos programas en los sistemas informáticos.

            Los programas antivirus (a veces denominado simplemente software AV) están diseñados para buscar virus, informar a los usuarios cuando encuentren alguno y eliminarlo de los ficheros o discos infectados. La mayoría de estos programas monitorizan continuamente la actividad del sistema, observando e informando de cualquier acción sospechosa. Pero un antivirus no es efectivo si no se mantiene actualizado de forma regular. Por ellos estos programas descargan automáticamente de sus sitios web el código de desinfección de los nuevos virus que pudieron ir apareciendo. Sin embrago, las compañías pueden tardar varios días en desarrollar y distribuir este código, tiempo más que suficiente para que un virus lleve a cabo su destructiva labor.

Fuente: Introducción a la Informática.

Sexta Edición.

George Beekman.